Fuente: La Jornada
La propuesta hecha por el Grupo de los Siete para gravar con un impuesto mínimo a las grandes corporaciones está lejos de llamarse histórico. Amoldado a los intereses de las grandes economías, que en cúpula acordaron una tasa de 15 por ciento, podría traducirse en que los países en desarrollo prácticamente no obtengan nada de él, expuso la Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional (ICRICT, por su siglas en inglés).
En México con una tasa de 15 por ciento a las multinacionales, como propusieron los países del G7, se recaudarían 50 mil millones de pesos adicionales. Sin embargo, con una tasa de 21 por ciento, como ha propuesto el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el ingreso subiría a 90 mil millones de dólares, prácticamente el doble.