Fuente: La Jornada
La distribución del ingreso nacional de México entre el salario que reciben los trabajadores y las ganancias de las empresas es la más desigual desde que existe registro. Lo muestran las cifras oficiales: por cada 100 pesos que genera la actividad económica, 26 van a parar al bolsillo de los trabajadores y el resto, 74 pesos, engrosa el capital en sus diferentes formas: rentas, dividendos e intereses.
Es, dice la investigadora universitaria Norma Samaniego Breach, el saldo de años de crisis económicas, periodos de elevada inflación, el cambio tecnológico y una globalización del capital que, al igual que en otros países, provocó en México que el trabajador perdiera poder de negociación. Considera muy importante que esta desigualdad comience a ser revertida mediante una reforma fiscal, para la que hay margen, que aumente los recursos para la inversión pública y elimine los muchos agujeros tributarios.