viernes, 17 de febrero de 2017

En México 6 de cada 10 trabajadores en la informalidad: INEGI

Fuente: Redacción 

En el marco del Día Mundial de la Justicia Social, en México ésta aún no se concreta en el plano laboral toda vez que el año pasado, seis de cada 10 ocupados estaba en una situación donde eran laboralmente vulnerables debido a que estaban ocupados por micronegocios no registrados o sector informal.

 Así, según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), al tercer trimestre de 2016, hay 54.2 millones de personas económicamente activas, de las cuales 96 de cada 100 están ocupadas.

Para 2016 según la ENOE, la tasa de desocupación es de 4% y 2 de cada 100 tienen más de un año buscando trabajo.

En ese año, los ocupados que trabajaron más de 48 horas por semana son 28 de cada 100, de los cuales 2.1% ganan menos de un salario mínimo.

Por su parte la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo (ENUT), en 2014 los hombres de 15 y más años que realizan alguna actividad para el mercado, destinan en promedio 10.7 horas a la semana a actividades de ocio y recreación, en tanto que las mujeres dedican 8.8 horas en promedio a la semana a este tipo de actividades.

Sin embargo, una de las características del mercado de trabajo en México en los últimos tiempos ha sido la elevada proporción de personas ocupadas en el sector informal de la economía.

Para el tercer trimestre de 2016, la tasa de informalidad laboral en México fue 57.4%; es decir, casi seis de cada 10 ocupados está en una situación donde son laboralmente vulnerables debido a que están ocupados por micronegocios no registrados o sector informal, son ocupados por cuenta propia en la agricultura de subsistencia o bien son trabajadores que laboran sin la protección de la seguridad social y sus servicios son utilizados por unidades económicas registradas.

Esa situación está mayormente presente en las mujeres ocupadas, con una tasa de informalidad laboral de 58.2%, por 56.8% para los hombres ocupados.

La formalización laboral es pilar fundamental del concepto de trabajo decente, ya que representa un ingreso fijo, protección social para la población trabajadora y su familia, mejor calidad de vida, consolidación de un crecimiento incluyente, progreso social y económico, reducción de la pobreza y equidad social.

Desde el punto de vista de la posición que se tiene en el trabajo, información de la ENOE muestra que, para el tercer trimestre de 2016, el 68% de las personas ocupadas son trabajadoras subordinadas y remuneradas, 22.5% trabajan por su cuenta, 4.4% son empleadoras y el restante 5.1% son, en su mayoría, trabajadoras auxiliares que apoyan a sus familiares, o bien, trabajadoras independientes en sus actividades o negocios, pero sin hacerlo bajo un acuerdo pactado de remuneración monetaria.

De las mujeres ocupadas, 66.9% son subordinadas y remuneradas, ante un 68.7% de los hombres. Además, 7.5% de las mujeres trabaja sin recibir un pago a cambio y en los hombres esta situación representa 3.6 por ciento.

La existencia de un contrato laboral significa mayores posibilidades de acceso a las prestaciones de seguridad social; sin embargo, 44.8% de los trabajadores subordinados y remunerados no tienen un contrato por escrito, lo que los sitúa en un estado de vulnerabilidad laboral. De los trabajadores subordinados y remunerados que sí cuentan con contrato por escrito (54.2%), 82.4% tienen contrato por tiempo indefinido, son de base o planta, 17% cuentan con un contrato temporal y en 0.6% de los casos, no se especificó el tipo de contrato.

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