Fuente:
Notimex
El sector de las botanas en México
pidió etiquetar los tres mil 500 millones de pesos que se pretende captar por
la aplicación del Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios a los
alimentos de alto contenido calórico para fomentar la prevención y atención a
la salud de los mexicanos.
En entrevista con Notimex, el
presidente de la rama de fabricantes de botanas de la Cámara Nacional de la
Industria de Transformación, Bruno Limón, demandó transparencia en la
utilización de los recursos.
“Nosotros estamos dispuestos a aceptar
esta medida fiscal, siempre y cuando, y eso es una exigencia, haya
transparencia en la utilización de esos recursos”, manifestó.
Confió en que los recursos que se
obtengan por el cobro de este gravamen realmente sea destinado para “combatir
la diabetes y la obesidad, a pesar de que no somos nosotros los causantes
directos de ello”.
Afirmó que, sin duda, este impuesto a
los productos del sector afectará el ingreso de la industria, debido a que el
consumo podría disminuir y ello impactaría en las fuentes laborales.
El representante de los fabricantes
botaneros en el país refirió que las ventas de la industria en 2007 ascendieron
a 29 mil 500 millones de pesos y en 2012 sumaron 41 mil 500 millones de pesos,
con un rango de crecimiento del mercado en ese lapso de 40.6 por ciento.
“Muy pocas industrias tienen este
crecimiento”, sin que ello no signifique que de ahí proviene el problema de la
obesidad, sino que es resultado de la suma de un mayor número de consumidores a
este producto, acotó.
Aseguró que el sobrepeso es problema
multifactorial derivado, sobre todo, de los cambios en los hábitos de vida de
niños y adultos, que ya no “queman” las calorías que consumen, principalmente
en las grandes ciudades.
Aunque admitió que este nuevo impuesto
podría propiciar la cautela de los inversionistas en el sector, consideró que
primero se debe analizar el impacto de la decisión en las ventas de botanas en
el país.
Bruno Limón enfatizó que ese gravamen
“sí es considerable”, pues hay familias de escasos recursos, donde está la base
de los consumidores, que van a decidir no comprar esos productos.
“No es una postura de castigo, pero
necesitamos revisar cuál será el impacto en nuestras empresas, en nuestras
nóminas y esperamos no tener una caída en los empleos en general. Tenemos que
proteger a nuestros trabajadores, pero nunca con la intención de dejar de
invertir”, puntualizó.
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