El brote de Ébola somete a
una gran presión la agricultura de los países afectados y ha causado
interrupciones en el comercio alimentario entre ellos, por lo que los precios
de la comida se han disparado.
Así lo advirtió hoy la
Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), y agregó
que esta situación también provoca escasez, no sólo en los alimentos sino en la
mano de obra en el campo, lo que amenaza la próxima temporada de recolección,
que debería comenzar un pocas semanas.
La FAO explicó que las zonas
de cuarentena y las restricciones de movimientos impuestas en Guinea, Liberia y
Sierra Leona para evitar la propagación del virus afrontan una mayor escasez e
inflación alimentaria.
El responsable de la FAO en
Dakar, Vincent Martin, señaló que ya antes del brote de ébola las familias de
algunas zonas afectadas gastaban hasta el 80% de sus ingresos en alimentos, por
lo que en la actualidad la comida está completamente fuera de su alcance.
“Esta situación pude tener
repercusiones sociales con el consiguiente impacto en la contención de la
enfermedad”, puntualizó Martin.
Para ayudar a contrarrestar
esta situación, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) inició una operación
regional de emergencia con unas 65.000 toneladas de víveres destinadas a 1,3
millones de personas.
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