Fuente: Carlos Velasco
El Presidente de la CONCAMIN, Manuel Herrera Vega, alertó “nos encontramos frente al debilitamiento generalizado de la actividad industrial”. Ante ello, propuso un Programa Especial para la Reactivación Industrial, integrado por siete propuestas específicas y de aplicación inmediata, diseñadas para frenar el descenso de la producción industrial e inducir su reanimación ordenada, sin comprometer la estabilidad macroeconómica ni el control de las finanzas públicas.
En conferencia de prensa, el dirigente de los industriales dijo que es indispensable revertir la desaceleración y fortalecer la creación de fuentes de trabajo en el sector formal de la economía, considerando que el sector industrial ha generado 7 de cada 10 empleos reportados por el IMSS durante los primeros seis meses del año.
Advirtió sobre tres factores de riesgo externos:
Primero, la economía mundial tendrá una convalecencia más prolongada de lo estimado y atravesará por episodios de nerviosismo y volatilidad en los mercados financieros.
Segundo, la incertidumbre en torno al incremento en las tasas de interés en Estados Unidos acentuará la volatilidad del mercado cambiario y la presión sobre nuestra moneda, lo que impactará la inflación, los costos de las empresas y la reactivación del mercado interno.
Y tercero, las señales procedentes de la economía estadounidense siguen siendo contradictorias, aunque predominan las noticias poco favorables.
Tenemos frente a un panorama complejo y marcado por el debilitamiento del sector industrial mexicano debido a factores estructurales, cuya atención requiere políticas públicas integrales.
Es evidente que se ha intensificado la crisis en la industria minera, cuya producción medida en cifras desestacionalizadas se contrajo 7.9% en mayo, acumulando 12 caídas consecutivas que revelan la profundidad del bache en que se encuentra y lo difícil que será recuperar el terreno perdido.
Por su parte, la industria dedicada a la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final, también se debilitó en mayo. Su crecimiento de 1.4% en cifras desestacionalizadas respecto al mismo mes del año anterior, confirma la desaceleración de una actividad crucial para el funcionamiento de la actividad económica nacional.
La industria de la construcción reportó una sensible pérdida del dinamismo mostrado en los meses de marzo y abril. En mayo, su nivel de actividad aumentó 2.2% respecto al mismo periodo del año anterior. Esta cifra contrasta con el avance de 5.1% reportado en los dos meses previos.
Finalmente, el principal soporte de la actividad industrial, el sector manufacturero, cerró el mes de mayo con una sensible pérdida de dinamismo. El crecimiento anual de 1.8% en su producción equivale a menos de la mitad del avance reportado en abril y constituye su más bajo registro en los últimos 18 meses.
Luego de hacer esa radiografía del sector industrial mexicano, el Presidente de CONCAMIN, Manuel Herrera Vega, propuso al Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto la definición y aplicación inmediata de todo un Programa Especial para la Reactivación Industrial, cuyo contenido se articula a partir de seis instrumentos específicos.
Primero El mercado interno requiere el empuje proveniente de la aplicación oportuna y transparente del presupuesto de egresos previsto para la segunda mitad del año. Por ello sugerimos adelantar las compras gubernamentales programadas para el último trimestre 2015. Ello dará un impulso a la actividad de los proveedores directos e indirectos del gobierno federal y de los gobiernos locales.
Segundo. No hay margen ni justificación para ejercer parcialmente las partidas presupuestales destinadas a la compra de bienes, servicios y obras públicas en lo que resta del año. Solicitamos a las autoridades correspondientes asumir un compromiso claro a favor de la ejecución en tiempo y forma del presupuesto de egresos autorizado por los legisladores. Nos pronunciamos contra el subejercicio del gasto de inversión o compra de bienes y servicios.
Tercero. Definir y difundir la Agenda de Obras de Infraestructura que a nivel federal y en cada entidad federativa están programadas para la segunda mitad de 2015 y el primer semestre de 2016, a fin de impulsar la inversión y el empleo asociados a la industria de la construcción y sus proveedores, teniendo en cuenta el efecto de la inversión pública en infraestructura sobre la competitividad de nuestra economía y su función promotora del crecimiento en momentos como los actuales.
Cuarto. Evitar recortes al gasto de inversión física del sector público. Entre enero y mayo se presentó un crecimiento de solo 5.7% en el gasto de capital del sector público, lo que significó 30 mil millones de pesos adicionales, de los cuales sólo 10.8 mil millones de pesos correspondieron a inversión física, mientras que la inversión financiera alcanzó los 19.3 mil millones de pesos extras, en términos reales.
En contraste, durante el mismo periodo, el aumento del gasto corriente fue de 7.9%, es decir, 115.5 mil millones de pesos.
Quinto. Impulsar la implementación del Programa Nacional de Infraestructura 2014-2018, para activar al sector de la construcción y los encadenamientos productivos relacionados con el mismo.
Sexto. Numerosas empresas pequeñas y medianas disponen de capacidad instalada, eficiencia y calidad para atender competitivamente los requerimientos de bienes y servicios provenientes del gobierno federal y los gobiernos estatales y municipales. En tal sentido solicitamos dar prioridad a los proveedores de bienes y prestadores de servicios locales o nacionales en las compras públicas que realicen las dependencias federales y los gobiernos locales.
Séptimo. Incluir incentivos fiscales a la inversión productiva en la presentación del paquete económico 2016. Su definición la realizaremos conjuntamente con las autoridades hacendarias, tratando de equilibrar el impulso a la economía con el sano manejo de las finanzas públicas.
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