Fuente: La Jornada
No obstante, la secretaria ejecutiva del organismo, Alicia Bárcena sostuvo que “nos anima” la inversión de 485 mil millones de pesos para diferentes proyectos, equivalentes a 25 mil millones de dólares y 1.95 por ciento del producto interno bruto (PIB), que anunció el gobierno federal el lunes pasado, al considerar que será “un aliento importante” para la economía mexicana. Además previó una baja en la tasa de interés interbancaria por considerar que la actual es muy alta y encarece los créditos.
Bárcena indicó que aunque se cancelaron algunos proyectos de infraestructura se están proponiendo otros de cierta dimensión pero cuyo impacto se verá en el mediano plazo, porque no se pueden concretar en los ocho meses que lleva la administración actual.
Al presentar el Estudio Económico para América Latina y el Caribe 2019 desde la sede de la Cepal en Chile, que fue transmitida por internet, Alicia Bárcena aseveró que la región lleva 5 años en desaceleración económica, limitando el margen de maniobra para las políticas públicas y proyectó en 0.5 por ciento el crecimiento de la zona
En el caso de México explicó que la desaceleración inició desde mediados de 2018, está asociada a factores estructurales e históricos, hay reducción del espacio fiscal y de la inversión pública y privada
Destacó que también influyen tres factores externos: la desaceleración mundial y particularmente la de Estados Unidos que es su principal socio comercia. También la incertidumbre comercial global y elevada volatilidad de los mercados “que ha elevado la prima de riesgo de todos los países emergentes, pero México no es la excepción, que ha condicionado su política monetaria y lo ha llevado a sostener niveles altos de tasas de interés (8.25 por ciento), lo que hace el crédito y el dinero muy caro”.
Asimismo, citó el cambio de la política comercial del vecino país que ha generado una incertidumbre que condiciona los proyectos de inversión aquí.
Sin embargo, también mencionó que hay factores internos que explican la situación económica mexicana, entre los que destacó el descenso en la producción de petróleo y gas que, remarcó, “no es que acabe de caer ayer”, sino que data desde 2005 y se profundizó en 2015, sumado al desplome del precio internacional del crudo. De 2004 a 2018 la producción del sector cayó 43.2 por ciento, pero en el primer trimestre de 2019 el descenso fue de 10.2 por ciento a tasa interanual.
Bárcena elogió las decisiones en materia energética que está tomando el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador sobre todo porque el sector y Pemex, en particular, es estratégico para México.
“Me parece muy acertado que (el presidente) tome la política energética en sus manos y está cambiando el modelo de Pemex y del sector en su conjunto al hacer que, nuevamente, el Estado tenga una mayor participación. El endeudamiento de Pemex es muy alto del 8 por ciento del PIB, a ese nivel ninguna empresa puede producir. Es un deuda que se arratra desde hace años así que no es este gobierno el que endeudó a Pemex”, sostuvo.
Dijo además que la decisión del mandatario de no subir los impuestos “es una señal muy potente para alentar a invertir”.
En cuanto a la deuda pública de México dijo que aunque desde 2005 al primer trimestre del año se ubicó en 34 por ciento del PIB, en contraste con el 42 por ciento del promedio regional, es la más elevada que ha tenido el país en su historia desde la crisis de los 80.
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