Por Redacción
Con beneplácito recibió el
sector empresarial, la iniciativa de legislación secundaria a la Reforma Energética,
presentada por el Ejecutivo Federal al Senado de la república para su análisis,
enriquecimiento y eventual aprobación.
El Consejo Coordinador Empresarial, urgió a
acelerar los flujos de inversiones que pueden detonarse a partir de los grandes
cambios que ha emprendido el país y así poder mejorar las expectativas de
repunte para la economía nacional.
Es en este cometido, que a
decir de los empresarios, la Reforma Energética
habrá de ser la de mayor proyección, capaz de generar sinergias que
potencialicen el crecimiento y de
generación de más fuentes de empleos.
Es por ello, que los hombres
del dinero, demandan al legislativo “cuidar al máximo el detalle a fin de
evitar inconsistencias que puedan derivar en efectos colaterales negativos,
pero también para que no queden obstáculos o barreras para que el potencial
pueda desarrollarse a fondo y en los tiempos que demandan las necesidades de
México”.
Y es la calidad del trabajo
legislativo, el que brinde certidumbre y confianza a los inversionistas, las
empresas y la población en general, y que mucho se ha cuestionado respecto del
futuro de la nación.
El CCE, advirtió que sólo
con un cambio profundo en materia, México podrá encender los motores para su
despegue, y para ello, debe existir un sano equilibrio entre la necesidad de
maximizar la renta petrolera y la de impulsar la inversión en el sector y en
todas las actividades productivas que están esperando poder operar con un
abasto competitivo de insumos, en mejores condiciones de precio, suministro y
calidad.
Por lo que se refiere al
estatus que habrá de guardar Petróleos
Mexicanos, el CCE se pronunció por buscar la mejor fórmula de transición
fiscal, considerando esquemas de gradualidad viables que permita un aumento sustancial
en los flujos privados en beneficio de todos los mexicanos.
Y donde Pemex deberá tener
condiciones de tributación similares a las de otras empresas que participen en
el sector, a fin de que la competencia sea efectiva y equitativa.
Se trata, advierte la
iniciativa privada, de una transformación de gran calado, que limpie de fondo
las inercias y la falta de controles que han dado entrada a la corrupción y
pérdidas como las que causan los robos de combustibles, que crecieron casi 70
por ciento el año pasado.
Finalmente se advierte que
la reforma mandata contar con empresas productivas, de ahí que tanto Petróleos
Mexicanos como la Comisión Federal de Electricidad deban convertirse en
auténticas empresas públicas, eficientes en su operación, pues para ello es la
autonomía de gestión y presupuestaria, lo mismo que la eliminación de la
representación sindical en el Consejo de Administración.
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