Por Norma Patiño
Cerca de seis millones de
mexicanos mayores de 15 años no saben leer ni escribir y esta carencia limita
el ejercicio de sus derechos fundamentales y el acceso a distintos
servicios.
El analfabetismo es una
expresión de la desigualdad y la falta de oportunidades persistentes en el
país, estableció Verónica Reyes Pérez, de la Facultad de Estudios Superiores
Acatlán de la UNAM.
Para combatir el rezago, la
política pública debe vincularse con las necesidades de las comunidades y los
responsables diseñar instrumentos para evaluar el avance de los programas
relacionados, recomendó la especialista en ocasión del Día Internacional de la
Alfabetización, que se conmemora este 8 de septiembre.
Reyes Pérez enfatizó que de
cinco millones 800 mil analfabetas en el país, 3.5 millones son mujeres. Del
total, la mayoría vive en Veracruz, Oaxaca, Guerrero y Chiapas, entidades con
graves problemas de marginación y altos índices de reprobación en el país.
Es un asunto vinculado a la
falta de oportunidades: 75 por ciento de embarazos no deseados entre la
población de 15 y 20 años son de jóvenes que no saben leer ni escribir,
ejemplificó.
“Sin estas posibilidades
¿cómo pueden firmar un contrato, tener un trabajo digno, comprar medicinas y
educar a sus hijos o exigir sus derechos fundamentales?”, cuestionó.
Estrategia pública
La académica, jefa del
Departamento de Investigación Educativa de la FES Acatlán, subrayó que el
analfabetismo demuestra la desigualdad persistente en el país.
Para erradicar el problema,
las políticas públicas deben ser de largo aliento e identificar las zonas de
alta marginación, con instrumentos de seguimiento y evaluación. Asimismo, se
requieren enlaces comunitarios para promover los beneficios e impulsar la
participación de sus habitantes en las tareas respectivas.
La especialista aludió a la
relevancia de los programas de servicio social de las instituciones educativas
para atender la problemática referida.
En la UNAM destacan las iniciativas comunitarias impulsadas por la
Dirección General de Orientación y Servicios Educativos con distintos esquemas
en beneficio de poblaciones marginadas.
Desde la academia pueden
investigarse las causas y motivos del rezago, proponer acciones para incidir en
las comunidades e incluir a los estudiantes en estos trabajos a través del
servicio social. Se trata de involucrarlos en la solución del problema y
retribuir los beneficios recibidos en su estancia en la Universidad, apuntó.
Este año la UNESCO propone
el lema “yo sí puedo” para conmemorar el Día Internacional de la
Alfabetización. En México es posible atender el rezago con acciones
planificadas, concertadas y de largo plazo. Todos podemos ayudar a resolverlo,
concluyó.
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