Por Redacción
La minería es una actividad
multifacética que puede abordarse desde ángulos distintos, como el legal y el
social, y esto es lo que han hecho —desde hace cuatro años— expertos de
diversas procedencias en el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en
Ciencias y Humanidades de la UNAM.
En esta ocasión, la entidad invitó a José
María Iraizoz Fernández, de la española Universidad de Castilla-La Mancha,
quien señaló que “los minerales son tan importantes que cada individuo necesita
22.6 toneladas anuales para cubrir sus necesidades en construcción, energía,
alimentación, joyería y máquinas eléctricas. Si partimos de un promedio de vida
de 80 años, cada persona consumirá mil 810 toneladas a lo largo de su
existencia, según datos de la ONU”.
Los derivados de esta
actividad son comunes en la cotidianidad, ya sea en actividades agrícolas,
artículos de belleza, petroquímica, bolsas de plástico y prendas de vestir, agregó
al impartir la conferencia Propuesta de implantación de un sistema de minería
sostenible en nuevos proyectos mineros a gran escala.
Al respecto, dijo que para
obtener 25 metros cúbicos de material se deben desplazar varias toneladas de
tierra. En megaproyectos es más frecuente recurrir a alternativas superficiales
que subterráneas, en parte por los gastos, pero sobre todo por las ganancias
que representa para los empresarios.
No todas las actividades
mineras en el mundo son reportadas; de hecho, se calcula que dos millones de
individuos participan en trabajos no controlados, principalmente en Ecuador,
Perú, Brasil y Sudáfrica, subrayó.
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