Alfredo Neme Martínez, Presidente de
la Asociación Mexicana para un Comercio Justo, advirtió que en 2015 el mercado
interno se mantendrá deprimido propiciado porque desde hace 27 años, el ingreso
de los hogares es bajo, las percepciones laborales han perdido poder
adquisitivo en poco más del 70% en relación con el valor de la canasta
alimentaria cuyo costo diario por persona en zona rural es de $29.86 y en zona
urbana $42.43, mientras que el comercio de alimentos en mercados y centrales de
abasto, se verá afectado.
Destacó el dirigente de la AMCJ,
además los precios de alimentos se ven impactados por la devaluación del peso
frente al dólar de 12.66%, durante el año pasado de
acuerdo con el Banco de México, mientras que la inflación se ubicó en la primer
quincena de diciembre de 201, según el
INEGI, en 4.19 por ciento.
Aclaró que la paridad pesos-dólar
impacta a los alimentos pues el 50% de los alimentos que consumimos en el país
son importados, además de que algunos productos manufacturados en el extranjero
se comercializan en el mercado interno considerando la cotización de la moneda
nacional con respecto a la divisa estadounidense.
Por si fuera poco, al inicio del año
se dio un nuevo aumento al precio de las gasolinas y al diésel. Es decir, el
litro de la gasolina magna costará 13.57 pesos, lo que representa un aumento de
0.26 centavos respecto al cierre de diciembre, precio que se mantendrá el resto
del año, de la gasolina premium será de 0.27 centavos, con lo que pasará de
14.11 a 14.38 pesos, mientras que el costo del Diesel será de 0.26 centavos
más, al pasar de 13.94 a 14.20 pesos.
Para Alfredo Neme Martínez, el aumento
al salario mínimo de 4.2 por ciento para ubicarlo en un pago diario de 70.10
pesos para la zona más alta pues en nada contribuye para que las familias
trabajadoras puedan acceder a la compra de la canasta alimentaria.
En ese sentido, el Presidente de la Asociación
Mexicana para un Comercio Justo, hizo un llamado a los consumidores, sobre todo
a la clase trabajadora mexicana, que la canasta alimenticia en tianguis tiene
un costo promedio de 179.85; en mercados públicos $190.28; en tanto que en
supermercados $209.30.
Es decir, aseguró Alfredo Neme
Martínez, en cadenas de autoservicio se ofrecen productos 16% más caros, con
respecto a tianguis y 10% inferiores a los que se ofertan en mercados públicos.
El dirigente citó cifras del CONEVAL
respecto a costo y productos que incluye la canasta alimentaria rural la cual
se ubica en $895.84 mensual por persona e incluye maíz, trigo, arroz, carne de
res y ternera, huevos, aceite, leguminosas, frutas entre otros. Mientras que la
canasta alimentaria urbana tiene un costo mensual por persona de $1,272.91.
En tanto la canasta alimentaria y no
alimentaria se ubica, la rural, en
$1,666.66 y la urbana en $2,616.77. En esta se incluye transporte,
limpieza, educación, vivienda, vestido y salud, entre otros productos y
servicios.
En opinión de Alfredo Neme Martínez,
uno de los retardadores del progreso en
la economía popular fue la aplicación de la reforma fiscal, disminuyeron
intencionalmente el ingreso neto del trabajador cuando al quitar efectivo vía
impuestos también quitan capacidad de consumo y de ahorro.
Igualmente los impuestos que se pagan
ni siquiera en servicios de salud los redime el Gobierno Federal, un ejemplo de
ello es que las cadenas de farmacias similares tienen ya casi 7 millones de
clientes registrados cobrando de $15.00 a $25.00 pesos la consulta, pues a los
consumidores les es más conveniente que el pago de 2 mil pesos bimestrales de
seguro social.
Otro ejemplo, señaló, son el uso de
las tarjetas de crédito cuyo nivel de cartera vencida creció 8,5 veces en los
últimos 7 años, lo que obligará a más de 6 millones de usuarios a destinar más
de 90 mil millones de pesos de sus ingresos para cubrir esos pagos con
intereses que pasan del 50.0% anual.
Ante tal panorama para 2015, Alfredo
Neme Martínez, es urgente la necesidad de fortalecer a las clases populares
pues son el motor del mercado interno el cual se debilita cada vez más.
“El problema es si los políticos y
gobernantes podrán conducir al país por el mismo camino que la clase
trabajadora lo cual es difícil porque tomar un sendero de trabajo, ahorro y
productividad les costaría popularidad, votos y dinero”, opinó.
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