Fuente: La Jornada
El presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, Rodrigo Alpízar Vallejo, se quejó ante el mandatario Enrique Peña Nieto de “muchas inercias y círculos viciosos” que prevalecen en el gobierno y diluyen las transformaciones de su agenda reformadora. También demandó certeza en el pago oportuno del gobierno a las empresas porque dijo que ello es sano para las finanzas públicas.
“Hace falta una revolución en la conciencia de quienes ejercen el poder público y es oportuno levantar la voz para decirle que prevalecen muchas inercias en las instancias gubernamentales, muchos círculos viciosos que limitan el quehacer público y la materialización de cambios en la microeconomía”, expuso el dirigente empresarial durante la Convención Nacional de Industriales de la Canacintra.
“El reto que tenemos ahora es proponer los pequeños ajustes a las grandes reformas, por ejemplo, la deducibilidad en la inversiones y prestaciones sociales que nos permitirá la senda del crecimiento sostenido y el fortalecimiento mercado interno”, abundó.
Si bien Alpízar dijo que hace dos años “los industriales depositamos un cheque en el banco de credibilidad a cuenta de la agenda reformadora del presidente Enrique Peña Nieto” y que a la fecha tal banco cuenta con el capital social del sector de la transformación, sostuvo que debe romperse con la inercia de administrar el insuficiente del crecimiento económico y acusó a los mandos operativo de diluir el carácter transformador de la agenda de crecimiento con trámites burocráticos que afectan las compras gubernamentales a las empresas.
Planteó al mandatario que el sector industrial requiere 250 mil millones de pesos “a tasas competitivas” para modernizar toda su planta productiva nacional y abatir el rezago que ha acumulado a lo largo de 25 años.
No obstante tales críticas, el dirigente de la Canacintra elogió y aplaudió al mandatario al asegurar que “ha trascendido como el gran reformador” por cambiar toda la estructura legal y enfrentar interereses particulares que nadie se atrevió a hacer. Extendió su reconocimiento y los aplausos de los industriales a los secretarios de Economía y del Trabajo, Ildefondo Guajardo y Alfonso Navarrete Prida. A este último agradeció que hayan transcurrido 18 meses sin huelgas, algo histórico en México y destacó que la paz laboral es el mejor escenario para la inversión.
Alpízar Vallejo también se congratuló de los primeros resultados que, dijo, ha comenzado a sentir el sector industrial como la reducción en las tarifas eléctricas de marzo del año pasado al mes actual: “ya podemos observar ahorros directos en la fracturación en el consumo industrial cercanos a 6 por ciento”. Sin embargo, el porcentaje referido por Alpízar contrasta con las reducciones de entre 16 y 26 por ciento que ponderan las autoridades para el sector industrial.
Agradeció a Peña Nieto “por hacer justicia” al Ejecutivo Federal por haber suspendido de manera indefinida el proyecto de Dragon Mart, lo que provocó los aplausos más nutridos de los industriales.
Déficit de credibilidad tanto o más peligroso que el fiscal
Según el dirigente, hay muchas parcelas privadas de poder creadas durante años a las que no les gusta el proyecto de salir del subdesarrollo, como caudillos y mecenas disfrazados de ciudadanos que creen representar a toda la sociedad.
Advirtió que el déficit de confianza es tanto o más peligroso que el déficit fiscal y arremetió contra quienes critican al gobierno federal desde las redes sociales. “Han votado para que un tribunal público sin derecho de réplica y con sentencia previa, no sólo del gobierno o de la institución presidencial sino del país mismo. México no se mueve por espíritus políticos ni por círculos de opinión que dan tres, cuatro o 100 mil click “me gusta” a todas aquellas publicaciones sobre la desgracia nacional”, sentenció.
“Sin duda hay fuerzas que están centradas en que el gobierno federal pierda poder para que se perciba dentro y fuera de México limitado, cuestionado y en el extremo de la perversidad, arrinconado. Nada más absurdo, simplista y lejos de la realidad porque un gobierno fuerte no es sinónimo de autoritarismo, regresión y represión sino más bien de certidumbre, conducción y rumbo”.
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