Por Norma Patiño
La mayoría de las personas
en los países miembros de la OCDE padecen sobrepeso u obesidad
Las consecuencias sociales y
económicas de esta epidemia son dramáticas, tanto para México como para otros
países, al exponer a un creciente número de personas a enfermedades crónicas
como la diabetes, las enfermedades del corazón y el cáncer. Por sí solo, el
impacto de la obesidad en los costos de salud en México se estima en cerca de
mil millones de dólares.
Nuevos datos y análisis de
la OCDE revelan que los niveles de obesidad en México han aumentado rápidamente
durante los últimos 5 años, al igual que para el resto de los países miembros,
aunque éstos han registrado tasas más lentas que antes.
La obesidad se ha mantenido
prácticamente estable en Inglaterra, Italia, Corea, y los EE.UU.; en contraste
se ha incrementado entre 2% y 3% en México, Australia, Canadá Francia, España y
Suiza.
Tendencias
de la obesidad de países seleccionados
En los países miembros de la
OCDE, en promedio, uno de cada cinco niños padece sobrepeso, pero para países
como Grecia, Italia, Eslovenia y los EE.UU. el problema es más severo,
afectando a uno de cada tres niños. Sin
embargo, más países han logrado estabilizar o incluso reducir ligeramente las
tasas de obesidad infantil, pero no las tasas de obesidad adulta.
Datos de la OCDE muestran
que la obesidad es también un problema de desigualdad, especialmente entre las
mujeres. La crisis económica ha hecho que las familias gasten menos en comida y
que los hogares pobres pasen a consumir comida chatarra con un alto contenido
calórico. Sin embargo, en países con muy altos niveles de obesidad, como México
y los EE.UU., las personas con mayor nivel de educación tienen la misma
propensión a ser obesas que aquellas con un menor nivel de estudios.
“No podemos financiar las
consecuencias económicas y sociales de tener a más de la mitad de la población
con sobrepeso u obesidad”, dijo el Secretario General de la OCDE, Ángel Gurría.
“México ha demostrado que es posible tomar medidas contundentes para hacer
frente a esta epidemia; poniendo un buen ejemplo para países que enfrentan un
desafío similar”.
México está implementando
una estrategia de amplio alcance para abordar el tema de la obesidad,
incluyendo acciones para elevar la conciencia pública, mejorar la atención
médica, regular el etiquetado y la publicidad de alimentos para niños, así como
gravar alimentos y bebidas potencialmente dañinas para la salud.
El impuesto sobre el refresco
y la comida chatarra introducido en México sigue el ejemplo de otros países
miembros de la OCDE (como, Dinamarca, Finlandia, Francia y Hungría) donde
impuestos similares tuvieron éxito en reducir el consumo de ese tipo de
alimentos y bebidas.
Los componentes del
etiquetado nutricional de la estrategia mexicana van de acuerdo con las
experiencias de otros países, añadiendo algunas características innovadoras,
tales como la información calórica obligatoria, no sólo por porción, sino
también por producto, en la parte frontal del etiquetado.
De acuerdo con el análisis
de la OCDE (OCDE, 2010), la regulación de la publicidad para los niños ha
demostrado ser una estrategia eficiente, tanto en impacto como en costos. La
estrategia mexicana de restringir la publicidad dirigida a los niños según la
hora del día, será probablemente más fácil de poner en práctica que un enfoque
para regular el contenido de los programas.
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