Por Redacción
No tienen oportunidades
educativas y si no logran incorporarse a la esfera productiva hay
probabilidades altas de inestabilidad política y social en el mundo, sostuvo
Eduardo Loría, coordinador del la Facultad de Economía de la UNAM.
Los jóvenes de entre 14 y 24
años registran una tasa de desempleo que duplica la de toda la población y
triplica la de los mayores de 25 años. Además, enfrentan problemas para
insertarse y mantenerse en el mercado laboral.
En este sector ha recaído el
peso de la crisis, estableció Eduardo
Loría Díaz de Guzmán, coordinador del Centro de Modelística y Pronósticos
Económicos (CEMPE) de la Facultad de Economía (FE) de la UNAM.
Están fuera del sector educativo y si no
logran incorporarse a la esfera productiva hay probabilidades de experimentar
problemas de inestabilidad política y social en el mundo, sostuvo en la XLIV
reunión del CEMPE.
El académico explicó que los jóvenes deciden
insertarse en el mercado laboral a cambio de una percepción mínima, mientras la
consideren suficiente para sacrificar su tiempo de ocio, concepto conocido como
salario de reserva.
Si son de clase media o media alta, con un
nivel educativo superior y experiencia laboral, esperarán un mayor pago. Si no
tienen preparación, provienen de estratos socioeconómicos menores y no tienen
experiencia, su expectativa será más baja, detalló.
Existe un desajuste entre lo
que ofrecen las empresas y lo que espera este segmento, lo que podría explicar
las tasas altas de desempleo en el sector. Asimismo, 25 de cada 100 no trabajan
ni buscan una plaza, pues han perdido la expectativa del mercado laboral por
los salarios ofrecidos o por no lograr integrarse con éxito, planteó.
Expuso que los individuos
con primaria incompleta o menor nivel educativo tienen más oportunidades de
empleo en puestos precarios. El mayor porcentaje de los desocupados se
concentra en quienes tienen preparación media superior o superior, dijo.
En volumen, los que provienen
de estratos socioeconómicos más bajos reportan menor tasa de desocupación. En
comparación, los de nivel más elevado representan una mayor proporción, de
acuerdo con las Encuestas Nacionales de Ocupación y Empleo, refirió.
En general, su ingreso y
salida del mercado laboral es muy común. Además, al comparar datos de
establecimientos formales e informales, encontramos que los trabajadores
menores de 24 años y las personas mayores de 60 se ubican en la informalidad,
expuso.
Los más pobres, con menos
preparación y sin experiencia son los que en mayor proporción obtienen los
sueldos más bajos y condiciones precarias.
Los individuos de estratos
bajos tienen la responsabilidad de aportar al sustento del hogar y no pueden
darse el lujo de no laborar, a pesar de los emolumentos ínfimos, sintetizó.
Pronósticos
Al analizar los datos más
recientes del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), señaló que
desde 2012 la economía crece a un ritmo más lento que la tasa potencial a largo
plazo, estimada entre 1.2 y 1.4 por ciento.
Además, al revisar otros
datos oficiales, se observa que la economía crece por debajo de la tendencia
referida desde hace más de siete meses. Estamos en una zona de fuerte
desaceleración.
Loría estimó que en 2014, el
promedio anual de desempleo registrará 5.1 por ciento y la tasa de crecimiento
del producto interno bruto (PIB) se ubicará entre el 2.53 y 2.87 por ciento. Al
cierre del año, alcanzará entre 3.18 y 3.63 por ciento. La recuperación puede
registrarse hacia 2015 y 2016. “No hemos corregido a la baja el pronóstico, lo
mantenemos”, concluyó.
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