Por Redacción
El poder financiero en
México a través de sus instituciones crediticias y bancarias, así como las
corporaciones dominantes en Internet, ejecutan libremente el ciberacoso
mediante llamadas telefónicas y redes sociales.
Ante la gravedad del asunto
resulta necesario frenar la concentración y explotación excesiva de los datos
personales, que los monopolios en el país venden al mejor postor para
beneficiarse con ganancias importantes, afirmó Irma Eréndira Sandoval
Ballesteros, directora del Laboratorio de Documentación y Análisis de la
Corrupción y la Transparencia de la UNAM.
Las reformas desreguladoras,
financieras y a favor del llamado “libre comercio”, son generadoras de
rentismo, corrupción y abuso de esa información. “Es conocido que las
instituciones financieras se adueñan de los datos personales y se genera una
vigilancia privada y un control exagerado, por ejemplo, a través de las
tarjetas de crédito, para saber dónde comes, cuánto ganas, cuánto pagas, a
dónde vas o de dónde vienes”.
En ese contexto, la
catedrática universitaria se pronunció contra la corrupción generada por los
Estados y las corporaciones, al no mantener en la privacidad las bases de datos
personales. El problema en nuestro país es que si bien se han dado avances
legislativos en la materia, sobre todo por la ratificación de acuerdos
internacionales, éstos no son suficientes y están fragmentados. Incluso, la
línea entre el gobierno y la empresa privada se ha borrado poco a poco y eso
afecta la rendición de cuentas.
Por ello, Sandoval
Ballesteros consideró que se deben formular estrategias públicas
anticorrupción, que permitan que la economía y la política actúen de manera
conjunta para incrementar la transparencia y rendición de cuentas, y erradicar
los incentivos que conduzcan a actuar de manera ilegal.
Por ejemplo, en relación con
el tema de las “ciudades inteligentes”, en la actualidad hay una
reconfiguración del abasto para auspiciar el consumo a través de los
supermercados extranjeros a costa de frenar el desarrollo de mercados
tradicionales mexicanos, patrimonio cultural olvidado y en riesgo de
desaparecer, concluyó la profesora del posgrado en Ciencias Políticas.
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