Fuente: Redacción
La Confederación Patronal de la República Mexicana, a través de su Comisión Nacional de Energía, se congratuló por el nuevo modelo de mercado en los combustibles, lo cual, desde su perspectiva, permitirá una sana competencia en términos de precios, calidad en servicios y en diversificación de nuevos servicios y productos complementarios.
Cabe destacar que con esta flexibilización de mercados de gasolina y diésel que se aplicará durante el 2017, se rompe el esquema de Pemex como proveedor único, permitiendo la entrada de empresas extranjeras como proveedores de dichos combustibles.
La Coparmex señaló que ello fomentará nuevas inversiones en los procesos de transporte, almacenamiento y comercialización de combustibles, que se estiman puedan ascender a casi 14 mil millones de dólares.
Lo anterior, puede contribuir a tener una infraestructura más sólida y adecuada a las necesidades del mercado actual, por lo que se considera un acierto la apertura de estas actividades a la participación del sector empresarial.
Además, el organismo empresarial destacó que pueden permitir el aumento en materia de seguridad energética, elevando así la capacidad de almacenamiento de los combustibles, ya que en fechas recientes hemos podido observar desabasto en ciertas regiones del país, que dan lugar a incertidumbre y sobrecostos.
De igual manera, Coparmex consideró como una medida adecuada el que la liberalización se haga en forma gradual y ordenada por zonas específicas, en las que el criterio a seguir sea la conectividad a las fuentes de suministro, de forma tal que se tenga diferenciación en precios, conforme a los costos de transporte y distribución, que es un componente importante en el precio final de los combustibles.
Sin embargo, hay que considerar que un tema a analizar es la composición del precio final de dichos combustibles, ya que si bien es cierto estará sujeto a las condiciones de oferta y demanda del mercado, es previsible esperar que ante un aumento considerable en el precio del petróleo,se refleje en un aumento proporcional del precio de los combustibles.
Todo ello, se verá reflejado en los insumos básicos para la industria nacional, por lo que podría detonar en un incremento en los costos industriales y comerciales, que a su vez puedan impactar en los niveles inflacionarios del país.
En este sentido, la Confederación Patronal de la República Mexicana propuso una revisión seria y objetiva de la fórmula empleada para la determinación del precio final, en el que un componente importante son los impuestos que se aplican a dichos combustibles y que representan casi un 40 por ciento del precio final, por lo que es necesario que las autoridades hacendarias y las del sector energético, conjuntamente con los organismos empresariales se den a la tarea de revisar este tema con profundidad.
Adicionalmente, se deben considerar elementos que hoy día impactan el precio final, como son los derivados de las ineficiencias en la operación del Sistema Nacional de Refinación (SNR), que están operando a un 60 por ciento de su capacidad, lo que se traduce en sobrecostos, además del robo de combustibles, que según cifras oficiales alcanzan casi 28 mil millones de pesos anuales.
Por ello, es necesario seguir construyendo propuestas viables que permitan que los aciertos de la reforma energética, al pasar de un modelo monopólico a uno de competencia, se traduzcan en beneficios para las empresas y, principalmente, para la población ya que se requieren mecanismos de competencia que permitan disminuir costos y elevar la calidad de vida de la población.
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