Fuente: NTR/Reforma
“Los controles de precios casi invariablemente producen mercados negros”: Thomas Sowell
El gobierno de la República
está aparentemente buscando restablecer los controles de precios en nuestro
país. Un artículo publicado por Reforma el 14 de febrero señala que en la
iniciativa de Ley Federal de Competencia que se presentará este 19 de febrero,
y de la cual el diario tiene una copia, el Ejecutivo se otorga facultades para
determinar qué productos o servicios son esenciales para la economía o el
consumo popular y así tener la posibilidad de aplicar controles de precios.
No sería ésta la primera vez que se emplean
los controles de precios en nuestro país. Los utilizó el viejo PRI con
frecuencia, especialmente en los gobiernos de Luis Echeverría y José López
Portillo. Actualmente países como Venezuela o Argentina los utilizan de manera
intensa.
Tanto en México como en otros países la medida
ha tenido resultados desastrosos. Los controles castigan la producción de los
productos sobre los que se aplican. Terminan por crear escasez y,
paradójicamente, elevan al final los precios que pretenden bajar. Claro que dan
un enorme poder a los políticos y burócratas que los administran. Quizá por eso
los gobiernos los siguen utilizando a pesar de la pésima experiencia histórica.
Los precios son el regulador natural de una
economía. Para que puedan ejercer su magia, sin embargo, deben tener la
posibilidad de subir y bajar.
Los controles se han aplicado desde que
tenemos registros históricos. Los utilizaron los faraones de Egipto, y
Hammurabi en la antigua Babilonia. Recurrió a ellos el gobierno surgido de la
Revolución Francesa. Sus resultados, empero, siempre han sido negativos.
Cuando las tropas españolas en el siglo XVI
bloquearon Amberes, los precios de los alimentos en esa ciudad holandesa
aumentaron fuertemente lo cual hizo que hubiera gente dispuesta a arriesgarse
para llevar alimentos a la ciudad. No hubo escasez sino hasta que las
autoridades decidieron establecer un control de precios, lo cual eliminó el
incentivo de los contrabandistas para introducir alimentos y provocó una gran
escasez que obligó a la ciudad finalmente a rendirse por hambre (Thomas Sowell,
Basic Economics). La crisis del petróleo de 1973-1974 hizo que el gobierno de
Estados Unidos estableciera controles de precios que provocaron una gran
escasez y enormes filas de automovilistas fuera de las gasolineras. La
posterior eliminación de los controles significó que en otros momentos hubo
precios altos pero nunca escasez.
En México, el decreto de congelación de los
alquileres de vivienda de Manuel Ávila Camacho en la Segunda Guerra Mundial
acabó con la construcción de vivienda de alquiler durante décadas y subió los
precios de la que existía. En Estados Unidos, San Francisco y Nueva York, dos
ciudades con controles sobre el alquiler, registran los mayores precios de
vivienda en el país.
En México hace años se eliminaron los
controles, pero muchos políticos han tratado de restablecerlos por debajo del
agua. Cuando subió la tortilla en 2010 como consecuencia de un aumento
internacional en el precio del maíz, el gobierno de Felipe Calderón presionó a
las tortillerías a través de la Procuraduría Federal del Consumidor para no
subir precios. Uno de los resultados es que posteriormente, al bajar la
cotización del maíz, no ha descendido el precio de la tortilla. Venezuela y
Argentina sufren hoy altos precios y escasez de productos básicos en buena
medida por sus controles de precios.
Con el restablecimiento de los controles el
gobierno de Enrique Peña Nieto busca recuperar un arma populista de ese viejo
PRI que tanto admira. Las consecuencias, sin embargo, serán muy negativas para
la economía. El control de precios es un instrumento que sólo sirve para
castigar la producción y generar escasez.
INDIVIDUO SOBERANO
El debate sobre la marihuana debe centrarse
sobre un principio ético fundamental que John Stuart Mill expresó así: “Sobre
sí mismo, sobre su propio cuerpo y mente, el propio individuo es soberano”.
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