lunes, 5 de mayo de 2014

Naciones deben mejorar su respuesta ante desastres naturales: OCDE


Por Redacción


Más de 1.5 billones de dólares en daños y pérdidas económicas en la última década.


Una planificación más eficaz para enfrentar los desastres naturales y de origen humano que aumente la colaboración entre países y fomente a los hogares y las empresas asumir mayor responsabilidad ayudaría a mejorar la resilencia y a reducir futuras pérdidas económicas, según un nuevo informe de la OCDE.


De acuerdo al estudio “Impulsando la Resilencia a través de la Administración Innovadora de los Riesgos “ se  estima que los terremotos, disturbios sociales, los accidentes laborales, ataques terroristas, pandemias y otros eventos inquietantes han costado a los países avanzados y emergentes alrededor de 1.5 billones de dólares en daños y pérdidas económicas en la última década, más del doble de lo que costaban en los últimos 10 años.




Sin acciones inmediatas, estos costos podrían subir aún más, debido al cambio climático; las grandes concentraciones de personas y activos en zonas de riesgo, y vínculos económicos más estrechos entre los países haciendo que el impacto de este tipo de eventos se propague ahora más rápidamente a través de las fronteras y los sectores empresariales.


"Estos eventos inquietantes están ocurriendo con mayor frecuencia y el aumento de nuestras ciudades cada vez más densas y economías interconectadas significan que los costos son cada vez mayores a lo largo del tiempo, dijo Rolf Alter, Director de Gobernanza Pública y Desarrollo Territorial de la OCDE, en el lanzamiento del informe en el Foro de la OCDE en París.


Señaló que "Mayor la eficacia  en la gestión de riesgos para mejorar nuestra resistencia a las crisis es la única manera de reducir el impacto en las sociedades y las economías."


 Pérdidas económicas debido a desastres en países OCDE y BRIC, 1980-2012


El informe identifica las debilidades que corren el riesgo de convertirse en pérdidas futuras. Estas incluyen fallas en el mantenimiento de la infraestructura de protección, el fracaso de reformas regulatorias para mantener el ritmo y causas de los nuevos patrones de riesgo, las deficiencias en algunos proveedores del sector privado de infraestructura clave, como energía, y la insuficiente inversión de las personas para proteger los activos. Muestra también que el fracaso de un país a gestionar adecuadamente un riesgo importante puede tener un grave impacto en los demás países.


Los gobiernos deben tomar medidas para aumentar la conciencia pública y reducir la excesiva dependencia del estado para cubrir el costo de los desastres, dice el informe. Sugiere hacer un mejor uso de los incentivos financieros para alentar a las empresas y las personas a protegerse contra los riesgos, y mayor coordinación e intercambio de datos a nivel  nacional e internacional como una forma de disminuir los costos de los desastres.


Además de la trágica pérdida de vidas de los últimos desastres, los terremotos de Chile y Nueva Zelanda en 2010 y 2011 que costaron 10% y 20% del PIB anual, respectivamente. El terremoto de Japón de 2011, el tsunami y el desastre nuclear contribuyeron en gran medida a una contracción económica del 0,7% ese año e impactó en la economía mundial debido la interrupción de las cadenas de suministro industrial.





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