lunes, 5 de mayo de 2014

Crecimiento socialmente incluyente garantiza economías fuertes: OCDE


Por Redacción

La desigualdad, en su nivel más alto, en décadas, en muchos países, debilita el crecimiento económico y el bienestar, aseguró la OCDE en su informe más reciente en la materia.


En este sentido advirtió que las políticas para hacer frente a la creciente brecha entre ricos y pobres sólo tendrán éxito si también van más allá de los ingresos y abordan temas como mejor acceso a una educación de calidad, la salud y la infraestructura pública.



La OCDE sostiene que los ricos han acaparado abrumadoramente los beneficios del crecimiento ya que el ingreso promedio del 10% más rico de la población en los países de la OCDE fue de nueve veces y medio superior al del 10% más pobre en 2010, en comparación con un nivel siete veces mayor, hace 25 años.


En los Estados Unidos, el 1% más rico obtuvo el 47% del crecimiento del ingreso total de la economía entre 1976 y 2007, en comparación con el 37% en Canadá y alrededor del 20% en Australia y Gran Bretaña. La brecha entre ricos y pobres se ha ensanchado aún más rápido desde la crisis financiera.


El informe muestra los vínculos entre los ingresos, la educación y la salud. Los datos de 14 países de la OCDE muestran que a la edad de 30, las personas con los niveles de educación más alto tienen una esperanza de vida en promedio 6 años mayor que sus semejantes con poca educación.


Asimismo el documento denominado “Todos a Bordo: Haciendo Posible el Crecimiento Incluyente ("All on Board: Making Inclusive Growth Happen")  proporciona evidencia de las consecuencias de la desigualdad, establece un marco para la acción y permite a los gobiernos evaluar cómo las políticas impactan a diferentes grupos sociales de diferentes maneras.


"La desigualdad debilita las sociedades y daña a las economías", dijo el Secretario General de la OCDE, Angel Gurría, y agregó: "No es suficiente para poner en práctica políticas que potencialicen el crecimiento, también debemos asegurarnos de que los beneficios del crecimiento sean compartidos por todos. Este es uno de los desafíos más urgentes que enfrentamos hoy”.


Xavier de Souza Briggs, vicepresidente de Oportunidades Económicas y Activos en la Fundación Ford, un socio central del trabajo sobre el crecimiento incluyente de la OCDE, dijo: "Esta importante y nueva investigación se suma a un creciente número de resultados de que la inclusión económica está fuertemente relacionada con mayores y más grandes periodos de crecimiento. En pocas palabras, reducir desigualdad no es sólo un imperativo moral, es un imperativo económico”.


Según el informe, las políticas económicas y sociales deben ser diseñados para fomentar la equidad y el crecimiento. Invertir en habilidades y educación, por ejemplo, puede tener importantes repercusiones en este doble objetivo.


Los gobiernos locales tienen un papel clave que desempeñar, sobre todo en inversión de viviendas de calidad, el transporte público y en la capacitación de los grupos desfavorecidos.
El informe reconoce que las políticas estructurales sólidas son una condición necesaria para el crecimiento sostenido, el empleo y la reducción de la pobreza, pero que hay ventajas y desventajas.


Por ejemplo, la reducción de barreras regulatorias para la competencia, tanto a nivel nacional como internacional, así como apoyar la búsqueda de empleo y la intensificación de los programas de activación del mercado laboral pueden elevar los ingresos de la parte baja de la clase media más rápido que el aumento generalizado del PIB per cápita por un efecto positivo sobre el empleo.


Sin embargo, una contracción de las prestaciones por desempleo para los desempleados de largo plazo reduce los ingresos disponibles en el extremo inferior de la distribución; este es un ejemplo de la importancia de combinar las reformas de apoyo de desempleo con un refuerzo de las políticas de activación en el mercado laboral.


El informe señala que los avances en el crecimiento incluyente también pueden ayudar a restaurar la confianza de los ciudadanos en los gobiernos. Hoy, menos de una de cada dos personas en los países de la OCDE tienen confianza en el liderazgo político de su país.

No hay comentarios:

Publicar un comentario