martes, 21 de octubre de 2014

Harina, sector prioritario que necesita oxígeno



Por: Isaac Luna/ Así es Esto del Abarrote


La harina es un insumo altamente consumido por todos. Sin duda una industria que está presente de manera importante en los alimentos. Es por ello que hoy dirigimos el foco a este sector.


Se usa sobre todo para la elaboración de productos a los que, siendo honestos, difícilmente nos podemos resistir como es el caso del pan dulce, los bolillos, galletas, hot cakes, tortillas, cereales, pizzas; pastas, además de que se utiliza en la elaboración de embutidos, coberturas para alimentos, etcétera.



Para la elaboración, por ejemplo, de pan dulce es de fundamental importancia, ya que representa el 65 por ciento de su contenido, el restante fundamentalmente es azúcar y grasas.
El valor de este mercado no es un asunto menor, de acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria Molinera de Trigo, (Canimolt), las ventas llegan a 31 mil millones de pesos al año.

Somos un buen consumidor de harina con un per cápita de 36 kilos al año. El año pasado la ingesta fue de unas 4.2 millones de toneladas contra 4 millones del 2012.


Así es, el consumo de harina ha venido creciendo en forma modesta, y se estima que podría mantenerse en esos niveles de expansión para 2014.


Y es que resulta que como muchos otros sectores del ramo comestible, la industria de la harina atraviesa por un momento de dificultades, su derrotero no es sencillo a estas alturas del año.

Es una de las actividades que ya están sintiendo los bemoles de la aplicación del impuesto de 8 por ciento a los alimentos considerados con alto contenido calórico entre los que se encuentran sus principales clientes, como las empresas que elaboran el pan dulce a nivel de panaderías e industrializado.

La baja en la venta de pan dulce por el alza de precios derivada de los impuestos está provocando ciertas preocupaciones en este sector. También se está dando el fenómeno de que los panificadores la estén demandando, pero para una mayor producción de pan blanco o bolillos que no tienen carga impositiva.

Se señala incluso que hoy las personas están cambiando de hábitos y no están comprando tanto pan de dulce, reemplazándolo por el pan blanco y agregando azúcar, mermeladas o cajetas.

Por ejemplo de acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria Panificadora, (Canaimpa), el volumen de ventas de bizcochos, ha caído entre 12 y 15 por ciento en los primeros cinco meses del año.

Ante ello, los productores molineros ya están sosteniendo pláticas con la Secretaría de Economía (SE) y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), para establecer medidas que aumenten el consumo de harina, que incluso es considerado como un producto de alto valor nutrimental, y que está lejos de dañar la salud por su contenido calórico.

Otra problemática es la distribución de la mercancía, ya que el precio del transporte ha aumentado notoriamente y el gasto representa el 30 por ciento del valor de la harina.

Un ingrediente más es que el precio del saco de 44 kilos ha sufrido cambios bruscos ya que ha oscilado desde los 160 hasta los 360 pesos, en detrimento de los molineros.

El elemento fundamental para la elaboración de la harina es el trigo. Aproximadamente 57 por ciento del consumo de este cereal en nuestro país es usado para la panificación industrial; 12 por ciento a pastas y el 10 por ciento a galletas; el resto es para otras aplicaciones.

Hay que destacar que el gasto por el consumo de trigo en nuestro país no se refleja necesariamente en un mayor sobrepeso como se ha supuesto…Aquí una gráfica.

En México actualmente se comercializan 7 millones 540 mil toneladas de trigo para la obtención de harina. Se señala que de ese total, la industria de comestibles consume unas 6 millones 200 mil toneladas; el resto se va al sector pecuario o a la exportación.

De trigo, se produjeron el año pasado en nuestro país 3.4 millones de toneladas, ligeramente por encima de las 3.3 millones de un año antes. Lo que pesa más en el consumo nacional son las importaciones de este alimento.

Hasta 2013 se trajeron de fuera 4.2 millones de toneladas, sobre todo provenientes de Estados Unidos; Canadá y Rusia para su uso fundamentalmente en la industria de la panificación; galletas y sopas.

Aparte de ello, el sector de molinos productores de harina, también está iniciando una recomposición.

Hace un par de meses la poderosa firma Gruma vendió a Grupo Trimex su empresa dedicada a la molienda de trigo, Molinera México, en unos 200 millones de dólares. No hace mucho, Grupo Bunge adquirió la división de molinos de Grupo Altex.


Actualmente hay en el país unas 90 plantas transformadoras de harina con una capacidad de unas mil toneladas de molienda diarias, agrupadas en unas 34 empresas. La primera de ellas es Grupo Bunge, pero también están otras compañías como La Espiga, La Italiana, Elizondo, que dominan el 50 por ciento de la molienda de trigo en México. Como quiera que sea hay mucho por hacer en este sector prioritario.

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