viernes, 30 de enero de 2015

México, el país con más variedad de pan en el mundo

Fuente: México Nueva Era 

En el marco del 70 aniversario de la Cámara Nacional de la Industria de la Panificación (Canainpa), y como uno más de los eventos que tiene contemplada la cámara por su festejo, se presentó en las instalaciones de esta agrupación el libro “Panes de México”, del chef Irving Quiroz, así como también se realizó una pasarela de ropa de cocina, inspirada en los bordados yucatecos de la diseñadora Zoraya Robles.

MÉXICO Y LA MULTIPLICACIÓN DE LOS PANES

Con alrededor de 2000 tipos de pan, México es el país con más variedad de este alimento en el mundo, manteniendo todavía una tradición de ya varios siglos en el consumo de este producto.

Así lo manifestó el chef Irving Quiroz, durante la presentación de su libro “Panes mexicanos”. Publicado por la editorial Larousse, éste es un recetario que hace una recopilación de los panes más representativos del país. Todo ello con el fin de honrar a las panaderías tradicionales y de “perpetuar nuestras costumbres”, aseveró el chef panadero.

Irving Quiroz comentó para México Nueva Era que de cierta manera la tradición de hacer buen pan, como antaño se está perdiendo “porque la industria es cada vez más rápida, el ritmo de vida nos agota. Entonces el panadero ya no quiere amasar si no tienen máquinas, ya no quieren trabajar. A los jóvenes ya no les interesa hacer panes con una fermentación lenta para que tengan un buen sabor. Ellos quieren sacar mucho dinero con poco trabajo”.

Por tal motivo, continúa Irving, “lo que queremos hacer con el libro es rescatar esos panes que ya no existen en México, como las ‘Campechanas’, las ‘Cemitas’ poblanas o las ‘Acambaritas’ de Guanajuato”.

A pesar del panorama adverso, continúa el chef, “México es un país panero por tradición, desde niños íbamos a la panadería a elegir los panes y no podía faltar en la merienda un pan. Es un buen mercado para los que quieren incursionar en la panadería”.

Y tal vez, como sucede siempre, el trabajo del mexicano es poco valorado en su tierra, pues, a decir del chef Quiroz, en el extranjero nuestro pan “les interesa mucho, de repente hay invitaciones para ir a presentar el pan de muerto, la rosca de reyes. Ello se maravillan de que nosotros a partir de un muerto podemos hacer una fiesta con el pan”.

Hijo de panaderos, Irvin Quiroz, desde niño ya trabajaba en la panadería de sus padres ayudando a hacer los merengues y ya después se convertiría en el gran panadero que es, representando a México en las Olimpiadas Culinarias de Alemania en 2008 y 2012.

Finalmente, el chef Irving Quiroz, al igual que otros ches panaderos, desmitifica la idea de que el pan engorda a las personas: “Si te comes un pan diario bien hecho, no engordas, lo haces cuando te comes cinco donas fritas. Hay que apoyar el consumo del pan y hay que apoyar el consumo de los panes hechos en la panadería de barrio”.

DEL BORDADO A LA PASARELA

Por su parte, la diseñadora y gastrónoma Zoraya Robles, platico también con México Nueva Era, acerca de sus diseños y línea artesanal para ropa de cocina, la cual está basada en textiles, colores y bordados únicos de las mujeres maya de Yucatán. Ropa que más allá de servir sólo como un distintivo entre los chefs y cocineros, ha logrado encontrar un valor agregado al compaginar la tarea del bordado con la de cocinar:

“Con mi experiencia en las comunidades, la relación más intrínseca es que, en ocasiones, las mujeres, a lado del fogón es donde bordan; incluso muchas prendas me llegan oliendo a humo. Para ellas es parte de su uso y costumbre: hacer el bordado y cocinar”.

Esta relación, entre la diseñadora y las mujeres bordadoras de los pueblos mayas, las ha llevado a resignificar su trabajo pues “empezaron a entender que lo que ellas veían como algo sin chiste  sin mayor valor, afuera de su entorno tiene un valor muy distinto y el resultado de esto es el empoderamiento de estas mujeres”. 
Las prendas con diseños tradicionales-indígenas de Zoraya Robles han encontrado buena aceptación en círculos sociales que se pensarían ajenos a lo mexicano. Por eso, cuando las bordadoras ven su trabajo plasmado en algo diferente, reconocen su potencial y a su vez contagian a las nuevas generaciones que estaban poco o nada interesadas en seguir con la tradición del bordado o tejido.

“Sí, estaba habiendo como eslabones de generaciones separadas, que ya no querían o ya no estaban interesados en aprender, ahora que ven con esto, en mamá y abuela y que es una nueva dinámica, están empezando a decir ¿y por qué no? Y a hora empiezan a ayudar las chiquitas o las medianas y lo ven ahora como una nueva oportunidad”, concluyó la diseñadora Zoraya Robles.

No hay comentarios:

Publicar un comentario